martes, 4 de diciembre de 2012

Personajes importantes de la ciudad de Toledo


El Greco

El Greco
Entre 1577 y 1579 realizó el Expolio para la sacristía de la catedral de Toledo. Ese año Felipe II le encarga el San Mauricio para El Escorial, cuadro que no respondió a las expectativas religiosas del prior Jerónimo, con lo que se cerró la posibilidad de que trabajara en la corte. Aquí, en Toledo, entre 1586-88 pintó para la iglesia parroquial de Santo Tomé su obra maestra, el Entierro del Señor de Orgaz, con una impresionante serie de retratos, profundamente observados en lo psicológico y en lo físico, en la parte baja, y cierta acritud y violencia en la interpretación de lo celestial. A partir de esta obra, el Greco se lanzó hacia una fuerte expresividad que le lleva a penetrar de lleno en el ideal espiritual que agitaba la conciencia española del momento.

Ahora serán frecuentes cuadros devotos con novedades iconográficas y abundantes éxtasis y arrebatos místicos. El artista se va alejando de la realidad, de lo contingente, y se orientó hacia lo visionario y espiritualizado. Serán ahora rostros apasionados y cuerpos que cada vez se alargan más para crear un mundo propio e ideal.

Su colorido se limita a una escala reducida y carece casi siempre de matizaciones. Prefería colores duros, azules fríos, amarillos y verdes, malvas y violetas, que se convierten en reflejos del espíritu que los anima. Desde finales de 1596 pinta varios retablos: el del Colegio de Doña María de Aragón, en Madrid, de Villanueva y Geltrú y de Bucarets, y el de la capilla de San José, de Toledo. Y en Toledo creó un taller para la reproducción de originales suyos, especialmente santos y apóstoles, para acomodarse mejor a un mercado de precios bajos.

A principios del XVII, creó sus retratos más íntimos y maravillosos, como el del Cardenal Niño de Guevara o el de Fray Hortensio F. Paravicino, y desarrolló una fase final en que pinta con pincelada larga y busca la extrema movilidad y expresión. A ella corresponde el San Bernardino, varios apóstoles, el conjunto del Hospital de la Caridad, en Illescas, y cuadros de temas profanos, como el Paisaje de Toledo, visión de la ciudad entre sueño y realidad, hasta llegar a la plena abstracción en la Visitación.

En el Hospital de Tavera se conserva su escultura del Cristo Resucitado, aunque como escultor tuvo una actividad muy limitada. Se conoce que tuvo una rica vida intelectual en Toledo. Góngora vino a verle y luego le tributó homenaje póstumo. Sus obras toledanas están repartidas entre la Catedral y el Museo del Greco, con dos de las tres colecciones completas del apostolado, junto con otros cuadros, la iglesia de Santo Domingo el Antiguo, donde se conservan incluso contratos y diseños manuscritos de la obra realizada, el Museo de Santa Cruz, la capilla de San José, Hospital de Tavera, con el estremecedor retrato póstumo del Cardenal y su iglesia, donde es autor del altar. Incomprendido y menospreciado durante mucho tiempo, como su amada Toledo.

Con su reivindicación desde el último tercio del siglo XIX se reivindicó también para el arte la ciudad. Toledo y su pintor entrañablemente unidos para siempre.

En la imagen de la izquierda, vemos la cara de El Greco (pues no se conservan muchas auténticas de su rostro) personificado en la?ficción por Nick Ashdon, actor que ha dado vida al genial pintor en la primera película que se realiza sobre el cretense, rodada en gran parte en la ciudad de Toledo.

1 comentario:

  1. Toledo es espectacular la pagina es muy bonita y aprendes mucho sobre la ciudad de TOLEDO

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